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Héctor
Zuleta Díaz
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...lástima que mi vida no perdura /y
que algún día se tiene que acabar /
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"Había
un muchacho querido por todo el mundo, que en pocos años demostró lo que
iba a ser, grande como sus hermanos, como Poncho y Emiliano, pero Dios
mandó por él. Por todas partes se hablaba de su talento, era un prodigio
para tocar su acordeón, todo un músico completo, todos le tenían
respeto, porque sabían de su Don"... El Difunto Trovador
Hector es otro de los más grandes representantes del Folclor que se nos
han ido para siempre... en su corta edad ya era declarado el mejor de toda
la Dinastía Zuleta... excelente acordeonero, verseador, y sus
composiciones son dignas de admirar. Hombres como Hector Zuleta no volverán
a nacer...
Biografía
Hector Zuleta Por : Rafael Oñate Rivero
Como
buen exponente del folclor vallenato, nace entre arcordeones, cantos y
versos que ya su padre, Emiliano Zuleta Baquero, su tío “Toño” salas
y sus hermanos Tomás alfonso,”Poncho”, Fabio y Emilianito, dominaban
en el ámbito folclórico y habían dado a conocer en toda la comarca con
su sello dinástico y el talento de una estirpe.
Como Héctor Arturo bautizaron al niño que nació pocos días después de
las fiestas patronales de santo Tomás de Aquino, patrono de Villanueva,
el 29 de septiembre de 1960. El hogar de “El viejo Mile” y Carmen
pureza Díaz, se llenó de gloria,alegría y regocijo, como ocurrió también
con el nacimiento de María, Emiliano Alcides; tomás Alfonso, Fabio;
Carmen Emilia, Mario y Carmen sara.
Su niñez transcurrió entre la escuela, la finca veraniega de sus padres
en El Cerro Pintao, y el barrio Cafetal, donde nació. El cielo vital del
artista juvenil es efímero pero productivo, y se circunscribe a la etapa
que comprende de la adolescencia a la madurez físico-mental.-
Extrovertido y precoz, parecía que lo había vivido todo, pero era sólo
apariencias, pues estaba exento de malicia y se desenvolvía inocentemente
en forma espontánea y natural.
En el arte de la música vallenata se le describe como un genio. Conocedor
profundo de la evolución técnica de los acordeones, ejecutaba a la
perfección los intrumentos G.C.F., cinco letras, y A.D.G., en los cuales
llegó a interpretar con suficiencia las tonalidades naturales.
Su personalidad y alegría desbordantes se destacaban en los sitios que
visitaba y su carisma contagiaba a todas las personas que se acercaban
para tocarlo, saludarlo o expresarle su admiración.
A pesar de pertenecer a una dinastía respetable en el folclor vallenato.
Héctor Arturo Zuleta Díaz llega al estrellato por sus propios medios,
después de intervenir como cajero en el grupo de su hermano Mario, a
quien acompaña por corto tiempo e interviene en su primera grabación;
posteriormente integra a la agrupación de Oscar Negrete y Alberto Ariño,
como encargado de la tumbadora. El aprendizaje sigue su marcha y se
vincula luego al grupo artístico que dirigen el V Rey vallenato, Miguel López,
y el cantante Gustavo Bula, quienes además llevan al acetato algunos
cantos.
Su insistencia por aprender el oficio de músico lo llevó a sacarle melodía
a toda clase de instrumentos, pues era consciente de su capacidad; por eso
aprendió a tocar el acordeón con reconocida versatilidad y con una dinámica
moderna que llevó un aire nuevo al tradicional estilo vernáculo
escuchando en los medios de la región.
Cuando se esperaba que el músico adolescente continuara la línea musical
dada a conocer por su padre Emiliano, su tío “Toño” salas o su
hermano Emilianito, Héctor Arturo optó por su estilo propio, fino, de
digitalización ágil, gran capacidad creativa y atributos de excepción
para los arreglos, sin perder en ningún momento la autenticidad folclórica
que aprendió de su hermano mayor Emiliano Alcides, a quien rindió todos
los honores como su inspirador. Luego se perfeccionó al lado de
consagrados cantautores e intérpretes de sones, paseos, puyas y
merengues, aires representativos de folclor vallenato.
Su ingenio musical brotó espontáneo y un cúmulo de notas prodigiosas,
melodías autóctonas e inspiración fecunda, lograron consolidar su
grandeza. Héctor Arturo, un superdotado, explotó sus méritos
superlativos en la proyección del arte que lo hizo conocer. Tocaba el
acordeón con suficiente propiedad, componía canciones con gran calado
sentimental y era un verseador invencible; su mente recursiva producía
versos con espontánea rapidez y dentro de la tradición folclórica del
vallenato era considerado un auténtico parrandero, porque además era muy
chistoso y ocurrente, tenía un sentido único del respeto por sus colegas
y dispensaba un trato muy humanitario para sus semejantes. Muy joven
inicia su obra como autor de música vallenata, con un homenaje póstumo
que le tributó a su difunta abuela, la matrona Sara Baquero.
Era preciso y pasarán muchos años para que el tiempo demostrara que hoy
por hoy, nadie ha superado a Héctor, nadie ha tenido el talento del
difunto trovador.
::Fragmentos::
yo
mi amor se lo entregué una madrugada, varios días después de haberla
conocido, bajo un cielo azul bastante oscurecido y como era día de
invierno lloviznaba y la luna en la pasión se reflejaba, como un par de
corazones confundidos..
Yo no iba a obligarte a que me quisieras, ni a que me mintieras,
precisamente ese fue tu error, si algo de verguenza todavía te queda,
baja la cabeza siempre que escuches esta canción...
Es justo y factible que pronto tengamos un buen tropezón, te atravesarás
a impedirme el camino, a pedirme perdón, y yo te diré con permiso señora
que voy de carrera y me deja el avión.
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